Contemplar el Corán es un atajo a la ciencia

IQNA - Contemplar el Sagrado Corán y sus enseñanzas es una forma de lograr avances en la ciencia, ya que el Corán tiene enseñanzas profundas.

A medida que el Telescopio James Webb envía imágenes desde las profundidades del espacio, nos recuerda el versículo 33 de Surah Ar-Rahman que habla de “los diámetros de los cielos”.

 

El Imam Ali (P) aconseja a los musulmanes que tengan cuidado para que los no musulmanes no los superen al actuar y beneficiarse del Corán.

 

Debemos investigar y reflexionar sobre el Corán. Es por eso que los hadices dicen que una hora de pensamiento y contemplación es mejor que años de adoración. Si uno contempla su creación durante una hora, se convertirá en creyente.

 

Uno debería pensar por qué su piel no desaparece mientras mueren 40.000 células de piel en nuestro cuerpo cada minuto.

 

Tenemos un proceso llamado autofagia, que es la degradación natural y conservada de la célula que elimina componentes innecesarios o disfuncionales a través de un mecanismo regulado dependiente de lisosomas. Permite la degradación ordenada y el reciclaje de los componentes celulares. El ayuno ayuda a este proceso.

 

Hay muchos artículos científicos sobre esto que se pueden encontrar en Internet. El Islam nos ha enseñado desde hace 1.400 años a ayunar a menos que estemos enfermos.

 

Debemos leer y contemplar el Corán y prestar atención a estas referencias. Por supuesto, no es para todos interpretar el Libro Sagrado, pero si purificamos nuestros corazones, podemos encontrar muchas cosas. Dios nos ha ordenado que contemplemos los versos del Corán y los signos de la creación.

 

Hay muchos signos para contemplar en nuestra creación. No podemos haber pasado de ser una sola célula a lo que somos ahora sin guía. Debe haber habido una guía.

 

Incluso las opiniones de Charles Darwin no contradicen la visión monoteísta de la creación. Ningún experto en evolución dice que una sola célula puede convertirse en un ser humano sin guía.

 

Los musulmanes debemos leer el Corán para darnos cuenta de que tenemos un atajo hacia la cima de la ciencia. Ese atajo es contemplar el Sagrado Corán y leer los versos sin prejuicios. Es entonces cuando la luz de la ciencia y del conocimiento se refleja en nuestro corazón. Si nos volvemos a Dios, podemos hacer uso de tales atajos.

 

 

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